Hola, ¿cómo estáis?
Hoy quiero hablaros sobre cómo nos organizamos en nuestras escapadas de dos o tres días con dos peques de 4 y 6 años. Así que, aprovechando nuestra escapada otoñal del pasado mes de octubre, intentaré dar respuesta a algunas de las dudas que me habéis ido planteando.
En casa vivimos las estaciones del año como la propuesta que nos hace la naturaleza para ir variando lo que comemos, cómo nos vestimos, las propuestas de juegos, las películas que vemos e incluso la música que escuchamos. Así, por ejemplo, cuando llega el otoño es el momento de hacer el cambio de armario y salen a la luz prendas en tonos marrones, naranjas, granates, ocres... que nos anticipan los cambios que iremos viendo en los bosques.
En nuestra alimentación también nos gusta ser conscientes de los ciclos del campo, así que intentamos incorporar alimentos otoñales como las calabazas, los moniatos, las castañas y los frutos secos. Valoramos mucho poder disfrutar de las frutas y las verduras de cada temporada.
Con Pere y Valentina también me gusta preparar un rincón en casa dedicado a cada estación: recopilamos aquellos libros que tenemos por casa y que tratan del otoño, recogemos hojas, piñas, más hojas, castañas, bellotas, más hojas... Con todo este material hemos creado muchos juegos y experiencias creativas (este año vaciamos una calabaza e hicimos una guirnalda de cítricos deshidratados y canela).
La música siempre nos acompaña en casa y va variando con las estaciones y nuestros estados de ánimo. Os he de confesar que este otoño ha tenido una preciosa banda sonora protagonizada por Taylor Swift.
Cada estación tiene su momento de máximo esplendor. Al otoño le llega ese momento cuando los bosques deciden, en cuestión de días, cambiar su paleta de colores. Cada año buscamos ese momento. Así que nuestras escapadas acaban siendo siempre improvisadas, cuando creemos que esa metamorfosis sucederá.
Este año, ese momento llegó un fin de semana de octubre. Al ser una escapada de pocos días, durante la semana preparamos batch cooking para poder disfrutar la escapada al máximo; cuando estamos más días nos llevamos la Thermomix. En la caravana siempre tenemos alimentos que no se estropean para preparar platos básicos y sencillos que nos ayudan en estas escapadas improvisadas, así que realmente no tenemos que cargar mucho.
Si queréis llegar a sitios especiales donde os podáis sentir en libertad, en contacto con la naturaleza y tener intimidad, os recomiendo que busquéis campings pequeños y bastante remotos.
En esta escapada otoñal estuvimos en el camping Masia Can Cervera. Cuenta con dos masías de alojamiento rural y un camping en medio del parque natural del Montseny. Lo que nos enamoró es que se puede acampar en mitad de un prado con tu camper, auto o caravana. Es un camping espectacular que cuenta con algunas particularidades: el acceso es por una pista de montaña sin asfaltar que no dispone de iluminación. Sí, y llegamos un viernes ya oscureciendo, lloviendo, por una pista de montaña donde cabía un solo coche y nos encontramos a otro de cara... En fin, al final, escoger esta manera de viajar es ir aprendiendo de cada situación, porque ese aprendizaje nos llevará a lugares que jamás hubiéramos soñado. Así que mi recomendación, en este caso, después de mi experiencia, es haced caso de la información que aparece en la página web y llegad en horario diurno.
El camping es sencillo y familiar, cuenta con todos los servicios y tiene mucho encanto: parcelas en el prado con toma de electricidad, también encontraréis una zona infantil con dos tipis para los peques al lado de unos caballos, cafetería y bar, con una pequeña biblioteca y con una original decoración con fabulosos proyectos de upcycling, también hay zona de barbacoas con neveras de alquiler, lavadoras, etc...
Una vez instalados, pudimos empezar a disfrutar del sitio; como el camping no cuenta con iluminación en las parcelas, y al estar a 700m sobre el nivel del mar y sin ninguna luz cerca, pudimos observar un cielo de estrellas espectacular.
Cuando estamos acampados, los días los organizamos sin prisas. Nos levantamos pronto (Pere y Valentina no entienden de fines de semana) lo que nos da la oportunidad de preparar en la caravana nuestro desayuno tranquilamente. A pesar de estar en la caravana, os aseguro que no simplificamos para nada nuestros desayunos de fines de semana. Así que el zumo de naranja recién exprimido, el pan con tomate con algún embutido (a poder ser, de la zona), un café con leche y unas tostadas con mermelada o queso y aguacate nos dan la fuerza necesaria para empezar el día. Luego fregamos los platos también en la caravana (ya os he enseñado alguna vez el escurreplatos tan práctico que tenemos) mientras los niños se visten y recogen sus literas y David hace la rutina de los depósitos.
Como el camping se encuentra dentro del parque natural del Montseny decidimos hacer una excursión para descubrir el entorno. Y aquí viene otro consejo: las excursiones siempre a primera o a última hora, así os evitaréis las horas de más afluencia, en las que disfrutar de la montaña pasa a ser más difícil. Nosotros subimos al Turó de l'Home; llegamos en coche hasta el parking Plana amagada (caben 38 coches y el estado del asfalto hasta llegar allí es muy precario). Luego caminamos los 2km de subida por la pista. Las vistas son una pasada y nos hicimos una foto los 4 juntos para el recuerdo.
Por la tarde, recogimos hojas, castañas, bellotas, las pintamos, hicimos mandalas con ellas, los niños corrieron por el prado, se hicieron amigos de un galgo, hicieron equilibrios por los troncos y jugaron en los tipis mientras David y yo los veíamos disfrutar desde nuestro pequeño gran jardín.
Y así, lentamente y saboreando cada momento, pasó nuestro fin de semana de descubierta del otoño en el Montseny.
Si os tuviera que hacer un pequeño resumen, algunos tips serían:
- Buscamos el momento donde la naturaleza nos puede hacer el mejor regalo.
- La meteorología no nos asusta, es parte de la estación, ¿qué sería del otoño sin lluvia o del invierno sin frío o nieve? Al contrario, disfrutamos con lo que venga. De hecho, en esta escapada estuvimos toda una tarde con unas nubes bajas que cubrieron de blanco todo el prado y pasamos un rato súper divertido. Somos del club del vaso medio lleno.
- Por experiencia, cuanto más difícil es llegar a un camping, más contacto directo tendremos con la naturaleza, más libertad e intimidad y encontraremos menos masificación. Aunque los caminos sean tortuosos y sudemos un poco, que aún no tenemos tanta experiencia al volante... pero nos atrevemos con todo!
- Para las escapadas de fin de semana, buscamos campings en lugares especiales que no estén muy lejos, siempre me dejo guiar más por su localización que por los servicios que ofrecen, al final, para dos días tampoco necesitas mucha cosa: una montaña bonita, un lago especial o un bosque mágico son suficientes si estamos los 4 juntos.
Comments